La crema catalana es seguramente el postre más típico de la cocina catalana. Se trata de crema pastelera con una base de yema de huevo cubierta de una crujiente capa de azúcar caramelizado. Esta delicia se come durante todo el año, pero es especialmente típico en el día de San José.
Este postre cuenta con una tradición muy antigua. La crema catalana se considera una evolución de las natillas, que ya existían en la República Romana, varios siglos antes de Cristo y es considerada uno de los postres más antiguos de Europa. Aparece en libros de la literatura catalana y está presente en los recetarios medievales desde el siglo XVI.
Desde entonces la receta apenas ha variado. La única variación en los ingredientes de la crema catalana fue la sustitución del almidón de la receta típica por harina de maíz en el siglo XX, y más tarde, la aparición de los polvos preparados especialmente para hacer la crema de forma más fácil. Aun así muchas familias y restaurantes siguen haciendo la crema catalana con yema de huevo, en su versión más tradicional.
En cuanto a la forma de preparación, tradicionalmente se utiliza una plancha de hierro muy caliente para quemar la capa de azúcar de la superficie, aunque hoy en día muchas veces se utiliza el soplete de cocina para ello.
En su presentación más clásica, viene acompañada por un pequeño cucurucho de galleta que cumple la función de romper el caramelo de arriba.
Crema catalana
Receta de icortonPlato: Cataluña, Postres4
raciones30
minutos40
minutos300
kcalIngredientes
500 ml de leche
1 rama de canela.
La piel de medio limón.
La piel de media naranja.
4 yemas de huevo.
15 gr de maicena.
60 gr de azúcar más 1-2 cucharadas soperas por ración para caramelizar por encima.
Paso
- Quítale la piel a la naranja y al limón pero solo la parte más superficial de forma que no arrastre parte blanca, solo debe ser naranja o amarilla respectivamente. La parte blanca amarga y por eso no nos interesa.
- En un cazo a fuego medio pon la leche junto con la rama de canela y la piel de la naranja y la piel del limón. Justo antes de que empiece a hervir (verás que empieza a haber burbujitas pequeñas en la superficie y quizás un poco de telo propio de la leche, o si tienes un termómetro antes de que llegue a 100ºC), retira el cazo del fuego.
- Mientras, en un bol pon las yemas de huevo junto con el azúcar y la maicena y bátelo todo con unas varillas. Verás que al principio la mezcla es un poco seca, pero si sigues batiendo enérgicamente poco a poco se volverá cremosa y finalmente tendrá un aspecto bastante homogéneo, que es lo que buscamos.
Vierte en el bol la leche - infusionada poco a poco y haciéndola pasar por un colador para que se queden en él las pieles de los cítricos y la rama de canela. Remueve la mezcla.
- De nuevo vierte la mezcla en el cazo que habías utilizado y ponlo a fuego bajo mientras remueves sin parar para que no se te pegue a la vez que se va espesando.
- Ten paciencia porque tarda unos minutos, finalmente verás que se empieza a espesar casi de golpe. Cuando el aspecto sea como el de nuestra fotografía en el que los surcos de las varillas se empiezan a notar apártala del fuego, ¡ya está lista!
- Repártela en los moldes o recipientes en los que la vayas a servir, lo más tradicional es servirla en cazuelitas de barro como éstas pero si no tienes no pasa nada. Si no te queda muy lisa por arriba puedes alisarla con el reverso de una cuchara.
- Cuando esté fría puedes introducir los recipientes en la nevera para que repose al menos 4 horas, aunque personalmente me gusta prepararla de un día para otro y así reposa toda la noche en la nevera.
- Justo antes de servirla esparce azúcar por encima, la cantidad es al gusto pero te recomiendo entre una y dos cucharadas soperas. Carameliza el azúcar con ayuda de un soplete y ya la tendrás lista para servir.
Notas
- Recuerda caramelizar el azúcar justo antes de servir la crema catalana para que llegue crujiente y perfecto a la mesa.