El turrón de Jijona es el famoso turrón blando, en contraposición al duro que es el de Alicante. En mi casa (y seguro que en muchas más) nunca jamás se decía otra cosa que no fuera turrón del blando o turrón del duro. Éramos así en los años 60.
Me da la sensación de que los turrones no tienen muy buena prensa últimamente, ¿me equivoco? Habrá gente a la que le suenen viejunos, porque en vez de apreciar lo que tenemos aquí tendemos a pensar que siempre lo de fuera es mejor. Nos priva la novedad. Por eso nos colonizan los cupcakes y los fondants, que son sin duda mucho más ligeros y saludables que los turrones…
Los turrones son unos dulces que se introdujeron en la península con la dominación musulmana en la Edad Media. Llevan dos ingredientes típicamente musulmanes: la almendra y la miel. Aunque preparaciones similares al turrón ya se consumían en Arabia, dicen que la versión española nació en Alicante en el siglo XV. Alicantinos, sois unos genios.
La relativa dificultad de esta receta del turrón de Jijona reside en el punto justo de cocción y en tener un molde de turrón de almendras adecuado. Hay que tener cuidado porque a medida que va espesando la mezcla se pega al fondo del cazo con más facilidad, por lo que hay que remover sin parar. Para probar el punto no hay más que tomar una pequeñísima porción y dejarla enfriar unos segundos; enseguida notaremos si la masa es capaz de solidificar en una tableta firme o no.
TURRÓN DE JIJONA
INGREDIENTES PARA UNA TABLETA:
- 250 g de almendras tostadas (sin sal) y molidas
- 200 g de azúcar glas
- 50 g de miel
- 1/2 cdta. de canela
- Ralladura de un limón
- Una clara de huevo
ELABORACIÓN:
- Yo recomiendo siempre tostar y moler las almendras en casa, si tenemos esa posibilidad. Además de que es difícil encontrar almendras tostadas sin sal, se enrancian con facilidad y para mi gusto las que se encuentran en los comercios están demasiado tostadas. Para ello ponemos 300 gramos de almendras crudas en una bandeja de horno y las tostamos unos cinco minutos en el horno ya caliente a 180º (con aire) / 200º (sin aire). Hay que vigilarlas, apenas empiecen a tomar algo de color las sacamos y las dejamos enfriar.
- Ponemos las almendras en una batidora de vaso potente u otro robot y las trituramos, sin pasarnos para que no empiecen a soltar la grasa. Es preferible que quede algún trozo de almendra de cierto tamaño. Reservamos.
- En un cazo u otro recipiente ponemos la miel y el azúcar, y mezclamos. Agregamos la clara, batiendo vigorosamente y mezclando bien.
- Agregamos la almendra molida, la canela y la ralladura. Mezclamos bien, empleándonos a conciencia porque en este punto la masa que se forma es un engrudo infame contra el que hay que luchar a brazo partido.
- Pasamos la mezcla al molde de turrón, que habremos untado previamente con aceite de girasol para poder extraer luego la tableta cómodamente. Compactamos la mezcla con la mano o una espátula. Rebañamos bien el recipiente con la espátula y alisamos la superficie de la tableta. No os importe que os quede un poco irregular, porque se acaba igualando, fluye un poco.
- Una vez formada la tableta de turrón, la podemos meter en el frigorífico unas horas para que se compacte más. Y ya está lista.
El turrón es un dulce de cuya calidad comercial no nos podemos quejar; se encuentran turrones excelentes sin problemas, no hay más que mirar el precio: esos que parecen prohibitivos son los buenos, porque la almendra y, en general, los ingredientes de calidad son caros. Pero si queréis daros el gusto de hacer el turrón de Jijona en casa os aseguro que el resultado es exquisito. Y el sabor sale clavadito al comprado.